El hombre de los sueños
Escrita por: Andrés Luciano Torres
¿Qué sucede cuando las personas normales se vuelven “virales”? bueno pues la mayoría logra obtener sus 5 minutos de fama y luego desaparece de la vista, algunos buscan utilizar esa fama para obtener algún provecho personal o económico, o quizás en el peor de los casos buscan permanecer constantemente en la atención del público no siempre con buenos resultados, y algo que pocas personas reconocen es que la opinión pública nunca olvida ni mucho menos perdona del todo. Pues esta difícil lección de vida es la que se encontrará Paul Matthews –interpretado por Nicolas Cage- en la nueva película El hombre de los sueños escrita y dirigida por Kristoffer Borgli, que se presume como comedia pero de un humor ácido pero que me parece más bien con elementos de terror que podrían confundir a más de uno.
Paul Matthews – cuyo apellido es el de su esposa por cierto- es un profesor universitario, que parece frustrado por el éxito de otros, tanto profesionalmente como personalmente, aunque tiene aparentemente todo o por lo menos una vida estable y anónima, sin embargo cuando la noticia del éxito de una colega investigadora él empieza a sacar estar frustraciones reprimidas. Al mismo tiempo sus aspiraciones al éxito empiezan confusamente a aparecer cuando de la boca de algunos conocidos se entera que ha aparecido en los sueños de las personas, literalmente se ha presentado en la mente de las personas, y no son pocas, aunque en esos sueños no hace nada en principio. Luego una conocida de años propone realizar un artículo en un blog en internet, lo que además de alagarlo también le molesta porque no es precisamente la atención que esperaba recibir de ella, al día siguiente su rostro comienza a circular por internet, y contra la recomendación de su familia decide dar una entrevista a la televisión. Su anónima vida comienza a virilizarse recibiendo la atención de todos como la persona que aparece en los sueños de los demás.
Paul comienza a disfrutar en cierta medida de este éxito y busca sacarle un provecho lo más pronto posible, sin embargo los sueños empiezan a cambiar de tono, ahora él es un atacante de las personas que sueñan, es como una pesadilla colectiva que se agrava con el carácter orgulloso y un poco agresivo carácter del propio Paul, quien presume su inocencia en todo momento. Y es cuando todo empieza a salirse de control, pues todo mundo ha comenzado a temerle y no sabe qué hacer.
No puedo revelar como es que los conflictos se resuelven – o no- pero la película mezcla varios elementos comunes que hoy día reconocemos como típicos pero que es difícil explicar o contextualizar en otro momento histórico; como lu pueden ser que una persona se vuelva viral de la noche a la mañana, que alguien famoso caiga en desgracia, que la opinión publica cancele a una figura pública, o que las personas no sientan empatía por el sufrimiento ajeno aun cuando este se presente ante nuestros ojos. La película incluye momentos de comedia es cierto pero sin hacer la suma exacta diría que en más de un momento me pareció una película de terror psicológico, bastante aterradora de verdad.
Pero también entiendo que quizá hoy día el último refugio de nosotros mismos está en peligro, ya le hemos regalado bastante de nosotros mismos a los algoritmos de nuestros celulares, de nuestras plataformas de entretenimiento y de las “redes sociales”, por lo que no es extraño que nuestra mente, la última frontera de la realidad y nuestra conciencia este bajo un silencioso asedio de parte de la tecnología inteligente que proclamamos tienen nuestros aparatos tecnológicos. Y nuestros sueños sean colectivos o no corren el peligro de ser invadidos por pesadillas no en la figura de un Paul Matthews sino con anuncios publicitarios dirigidos específicamente para cada soñador.
Tal vez los griegos lo sabían perfectamente, por eso Hipnos y Tánatos -el sueño y la muerte- son hermanos gemelos, porque ¿Qué es el hombre sin sus sueños sino un muerto en vida?, y ¿qué es la muerte sino la incapacidad de seguir soñando?.