Un Dios Salvaje
Escrita por Pablo Casas Ortega
Un Dios Salvaje de Yasmina Reza es una obra teatral que explora las tensiones sociales y las máscaras de la civilización a través de un encuentro entre dos parejas cuyos hijos han tenido un altercado. Diálogos ingeniosos, actuaciones muy bien logradas y situaciones explosivas destacan esta reflexión sobre la naturaleza humana.
¡Qué tal, amigos de Silver Geek!
En esta ocasión, tuvimos el privilegio de asistir a la función de prensa de Un Dios Salvaje de Yasmina Reza, bajo la dirección de Miguel Septién y con un elenco estelar conformado por Pablo Perrioni, Fernanda Borches, Chumel Torres y Flor Benítez.
«Un Dios Salvaje» es una obra teatral provocativa y llena de humor ácido que examina las complejidades de las relaciones humanas y los límites de la civilización en situaciones extremas. Escrita por la reconocida dramaturga francesa Yasmina Reza, la obra se desarrolla en un único escenario, el salón de la casa de una pareja de clase media alta en la que se encuentran dos parejas para discutir un incidente entre sus hijos.
La trama se desencadena cuando las aparentemente civilizadas conversaciones sobre el incidente se vuelven cada vez más intensas y caóticas, revelando los conflictos subyacentes y las tensiones latentes entre los personajes. Lo que comienza como una reunión amigable para resolver un problema común pronto se convierte en un despiadado enfrentamiento entre “amigos” que revela lo peor de cada uno.
Los diálogos ingeniosos y mordaces destacan las hipocresías sociales, los prejuicios y las frágiles fachadas de la civilización, mientras que también exploran temas más profundos como la violencia, la parentalidad y la naturaleza humana. A través de situaciones aparentemente triviales, la autora arroja luz sobre la complejidad de las relaciones interpersonales y cómo la más mínima chispa puede desencadenar un incendio de emociones.
Los cuatro personajes, cada uno con sus propias peculiaridades y neurosis, son interpretados magistralmente en esta obra que pone a prueba las habilidades actorales. La dirección de Miguel Septien, juega un papel crucial en mantener el ritmo vertiginoso y la tensión creciente que culmina en un final explosivo.
Alan (interpretado por Pablo Perrioni) nos desespera con sus interrupciones constantes, a la vez que nos alivia y preocupa cuando su frenesí es detenido. Pablo lleva la batuta de la obra, simplemente no podemos dejar de mirar que está haciendo a cada instante, transmite fuerza y el dominio sobre el escenario, una brutal participación.
Verónica (encarnada por Flor Benítez) proyecta una fuerza y seguridad que la convierten en un muro de convicciones, luchando por mantener su postura firme. Flor logra mantener una postura inquebrantable y logra funcionar como el faro que guía todo el caos que por momentos ocurre en el escenario.
Chumel Torres aporta frescura, aunque su falta de experiencia solo es notoria frente a sus compañeros que están espectaculares. Su sincera interpretación de Manuel transmite su lucha por ser civilizado mientras se reconoce como salvaje.
Fernanda Borches resalta de manera extraordinaria en su interpretación, irradiando un encanto que complementa perfectamente su personaje. Ana, con su apariencia siempre impecable, encarna la idea de una civilización de fachadas, subrayando la gravedad de la indiferencia en la sociedad. Es importante mencionar que Borches, además, realiza una escena impactante en la que su personaje “explota” y “arrasa” todo a su alrededor. Sin duda es un personaje muy profundo a pesar de su apariencia “plástica”.
Como dato adicional, esta obra se estará presentando durante todos los fines de semana de marzo y abril en el Teatro Milán, tiene una duración aproximada de hora y veinte minutos. Y sin lugar, disfrutaran cada minuto que dura esta magnifica obra.
Me despido no sin antes preguntarles: En alguna ocasión ¿El actuar de manera diplomática, les ha ocasionado más problemas que si hubieran actuado de manera impulsiva desde un inicio?
Me encantaría leer sus comentarios, hasta la próxima Silver Geeks.
