Mirreyes vs Godinez Las Vegas | Reseña

Escrita por: Aj Navarro
En el 2019, hubo una guerra que conquistó de forma sorpresiva a la taquilla mexicana. Dos clases sociales distintas se veían las caras de forma inesperada. No, no hablamos de Nuevo Órden (Franco, 2020), sino de los Mirreyes vs Godinez, una comedia que se atrevía a satirizar los usos y costumbres de la fauna social que vive en una oficina. Alta y media sociedad peleando por un tupper de comida y un romance a lo Romeo y Julieta aderezaban un relato sencillo, meramente entretenido.
Pero siete años después, esa idea ha pasado ya por un episodio especial vía zoom en plena pandemia, una secuela directa a plataforma que los llevó de campamento y ahora un viaje a Las Vegas, la Ciudad del Pecado, donde el grupo de Michelle (Regina Blandón), Genaro (Daniel Tovar), Nancy (Diana Bovio), Conan (Christian Vázquez), Sofía (Gloria Stalina), Shimon (Alejandro de Marino), Ricardo (Roberto Aguirre) y Goyita (Michelle Rodriguez) tienen que hacer de todo para salvar su empresa…otra vez.

Nuevamente bajo la dirección de Chava Cartas, Mirreyes vs. Godinez Las Vegasentrega una tercera parte (y media) que a todas luces se siente desgastada. El chiste de las clases sociales se agotó de forma tremenda y la batalla es ahora una relación de amistad y amor cordial entre ambas partes.
Sin embargo, esta historia es la prueba de cómo un chiste puede no dar gracia si lo cuentas demasiadas veces de la misma forma. Esta entrega padece de esto, mismo problema que habíamos vivido en la olvidable segunda parte. No importa el carisma de los actores involucrados o incluso que tengan calidad, simplemente es que el relato no da para más y se nota en sus papeles.

Lo que hizo que la primera cinta causara tanta gracia, de alguna manera fue su frescura y absurdo al mostrar esas relaciones laborales tóxicas a través de estos estereotipos cantados. Peor ahora esos son casi inexistentes gracias a un arco convencional en donde todo es armonía y ellos son tan tontos que no pueden dejar de meter la pata y encontrar las soluciones más torpes a sus dilemas, lo cual ya a estas alturas no da risa.
Hay que ser honestos también. Si hay un par de chistes que causan bastante gracia y que son bien formulados por Conan (Vazquez), posiblemente el mejor de los godinez, y Goyita (Rodriguez), que ahora se les cuela a todas las cosas que hacen aunque no tengan nada que ver con ella, la humilde secretaria. Pero fuera de eso, el conflicto no se sostiene y la resolución del mismo resulta tan mal pensada que uno no evita pensar, como público, en mil soluciones que se pudieron dar a la situación que enfrentan.

Si, Cartas usa todos los elementos habidos y por haber de las cintas cómicas de amigos en Las Vegas, pero no se atreve ni él ni el guion a sacarlos de los chistes convencionales sobre el americanismo (que ya tampoco da risa) o de las decisiones tan estúpidas que resultan increíbles y, lo peor, poco graciosas.
A todas luces se ve que el guion es todo un problema en el cual solamente mandan a estos personajes en las situaciones más inverosímiles con tal de causar gracia pero olvidando las motivaciones centrales de los mismos. Por ejemplo, la eterna relación entre Genaro (Tovar) y Michelle (Blandón) pareciera ser una de las subtramas más llamativas… hasta que al director y los escritores se les olvida la cuestión y entonces no pasa nada.
Lo mismo sucede con Shimon (de Marino) y Nancy (Bovio), que es una de las peores resoluciones que ha habido en años a un problema de la índole que enfrentan, pues simplemente es inexplicable, no tiene nada de sentido. Y aunque sabemos que esto es una comedia que raya en el absurdo, la mínima lógica del cuento no existe, se fue de vacaciones y gracias al poder del guionazo extiende la cinta con una cadena horrible de sin sentidos.

La única historia que es mejor utilizada es la de Conan (Vázquez) y una aventura romántica que llega a tener en la Ciudad del Pecado, pero incluso la misma termina abruptamente por convenciones narrativas. Ni qué decir de la labor de cámara, que más que una buena historia parece que prefiere grabar un largo comercial del Ceasars Palace, desaprovechando la magnitud de esta ciudad como otras cintas lo han hecho (¿Qué Paso Ayer? y La Gran Estafa por ejemplo).
Tan mal termina la cosa que hasta un cameo de Cassandra Sánchez-Navarro hay, haciendo alusión al universo expandido que alguna vez insinuaron tener con Cindy la Regia y Sobreviviendo mis XV, pero que al ya no tener los derechos de la obra de Cucamonga, no pudieron continuar. Y así, su aparición se convierte en un muy mal chiste donde ni siquiera pueden nombrar bien al personaje.
Así, Mirreyes vs Godinez Las Vegas se convierte en una de esas comedias forzadas donde el desgaste pega y duro. Pero para ventaja de todos, parece que esta entrega cierra el ciclo de estos personajes. Ojalá así sea porque este chiste ya perdió su gracia y repite un fenómeno muy común con las comedias y, para no variar, en la secuelitis aguda de la industria: repetir una fórmula hasta el cansancio, aunque ya no funcione del todo y se convierta en algo olvidable.