Mi Crimen Reseña
Andrés Luciano Torres
Mi Crimen es una película francesa dirigida por François Ozon, que se estrena este año en México es una comedia muy divertida en donde las situaciones más absurdas terminan por presentarse en cada momento. La historia se centra en nuestras protagonistas Madeleine Verdier – (interpretada por Nadia Tereszkiewicz) y Pauline Mauléon ( a quien interpreta Rebecca Marder), quienes se han visto involucradas con la muerte de un productor de teatro muy importante de Paris, el asesinato ha ocurrido después de un encuentro entre Madeleine con él por lo que no tarda en ser la principal sospechosa, cuenta solamente con la ayuda de su amiga Pauline que además de ser compañera de apartamento también es una abogada poco exitosa pero determinada a defender la inocencia de su amiga.
Cabe resaltar que la trama sucede en el Paris de 1935, en el que aunque las tecnologías y las ideas de la época sean progresistas o vanguardistas, todavía hay un pensamiento marcadamente machista o misógino respecto hacia las mujeres; lo que deben pensar o cómo comportarse. Así que no es de extrañar que por ciega que se diga la justicia está tiene claras sus intenciones, porque que una mujer asesine a un hombre no solo es un crimen atroz sino también un muy mal ejemplo para todas las demás, las cuales deben de permanecer sumisas y obedientes a los deseos y necesidades de sus maridos, sus padres o los hombres en general.
Contrasta esta sumisión solicitada con la cada vez mayor libertad de la mujer en un mundo industrial e urbano que se desarrolla rápidamente impulsado por los coches y la electricidad, pues aunque Madeleine es bonita su situación económica no es la más elevada ni tampoco tiene un status quo aristocrático, por eso sufre la pobreza de ser una actriz sin trabajo, aparentemente poco talentosa para la actuación, compartiendo la renta con Pauline que tampoco consigue trabajo fácilmente por ser mujer como por no tener reputación en la profesión de abogada.
Pero esta no es una historia seria y dramática sobre la opresión de las mujeres, siempre víctimas de la sociedad machista. Esta es una comedia que muestra con humor como las cosas pasan, desde una sospechosa especialista en ser buena actriz, un juez corrupto o incompetente. Un policía que fabrica pruebas o una abogada que le recomienda a su clienta declararse culpable.
También es una historia de amor y de humor de enamorados cuando Madeleine se enamora de un joven heredero de la Gran industria de Neumáticos pero cuyo sueño es ser mantenido por su mujer renunciando a la fortuna familiar, pero como él no quiere trabajar tendrá que casarse con una mujer que no ama pero la familia de la novia podría invertir mucho dinero en la empresa de su padre. O de la pasión de un productor por las bellas actrices que contrata para sus obras.
Todo es una parodia o una exageración, los juicios, los diálogos de los personajes, la actitud de las personas que sacan risas en más de uno en la sala, diálogos incoherentes y situaciones chuscas que reflejan como pensaban en el lejano 1935, o más bien como la justicia se vuelve absurda, porque aunque pensemos que la tribuna es independiente en teoría del chismerío o los reflectores de la cámara, los medios masivos de comunicación sin duda inclinaban la balanza hacia la inocencia de una joven actriz o la culpabilidad de una caza fortunas cínica inescrupulosa. Recordándonos que los medios hoy día quizá sean más reales que la realidad misma.
Todo parece perdido para las protagonistas, pues; en un juicio por el asesinato de un hombre, un juez hombre, un jurado compuesto solamente por hombres, incluso un fiscal hombre, parecen decididos a culpar a Madeleine del asesinato y cuando la sentencia sea dictada ambas deberán vivir con sus consecuencias. Sin embargo en un último giro inesperado, el arma del asesinato aparecerá en manos de otra persona lo que desencadenara nuevamente una serie de absurdos acontecimientos que desafían a los involucrados pues ellos ya tenían las cosas claras.
Como menciones es una comedia, que nos muestra con gracia y chiste que tan absurdo en nuestro día a día, como la justicia trata no de lo justo sino de lo necesario, que el dinero no compra la felicidad a menos de que uno tenga una herencia asegurada, una mujer puede ser culpable de un crimen atroz pero amada por los medios de comunicación y que los hombres están indefensos ante la fuerza de sus mujeres, y que la fortuna como diría Maquiavelo solo favorece a los valientes.