La Última Función de Cine
Título original: Last Film Show
Año: 2021
Duración: 107 min.
País: India
Dirección: Pan Nalin
Guión: Pan Nalin
Reparto: Richa Meena, Rahul Koli, Dipen Raval, Bhavin Rabari, Vijay Mer, Tia Sebastian, Kishan Parmar, Vikas Bata, Bhavesh Shrimali, Shoban Makwa
Música: Cyril Morin
Fotografía: Swapnil S. Sonawane
Compañías: Coproducción India-Estados Unidos-Francia; Monsoon Films Private Limited, Jugaad Motion Pictures, Incognito Films, Virginie Films
Género: Drama.
Normalmente estamos acostumbrados a que el cine americano acapare la atención y esto nos hace ignorar producciones de otras partes del mundo, sin embargo, cuando les damos una oportunidad a estas cintas de diferentes culturas, nos da una sensación como una bocanada de aire fresco, tal es el caso de «La Última Función de Cine», que siendo una película de la india, también se aleja del Bollywood tradicional, tornándose en una cinta con identidad y personalidad propia, que muestra la cultura de aquel país de forma directa y cruda, envuelto eso sí en una historia esperanzadora y con alto contenido reflexivo.
La trama transcurre sin prisa pero sin pausa, desarrollando una relato que cuenta una una travesía nostálgica y conmovedora sobre el amor al arte de contar historias a través de la pantalla, y cómo encontrar a las personas adecuadas en el camino te puede iluminar el sendero, donde el tema de la luz funge como un actor principal que se entremezcla con los personajes. Es un relato de pasión con tropiezos provocados por los límites que ponen los factores económicos, sociales y culturales, aún con todo la perseverancia de los protagonistas demuestran que no importa la edad ni posición económica para luchar por los sueños. Entre la inocencia y la necesidad crece un deseo que quiere estallar con la fuerza de un volcán para explorar hasta dónde puede llegar esa fascinación, esa hambre por comerse el mundo y que existen dos castas en la vida los que tienen sueños y los que luchan por cumplirlos.
Sinopsis: Samay, un niño de 9 años que vive con su familia en un pueblo remoto de la India, descubre el cine por primera vez y queda absolutamente hipnotizado. Contra los deseos de su padre, vuelve al cine día tras día y se hace amigo del proyectista. Rápidamente descubre que las historias se convierten en luz, la luz en películas y las películas en sueños. Contagiados por la emoción, Samay y su inquieta pandilla buscan atrapar, controlar, cortar y proyectar esa luz para contar historias. Sin embargo para perseguir ese sueño Samay deberá dejar todo lo que ama y tomar un vuelo para encontrar la luz.
El guión y dirección están a cargo de Pan Nalin quien logra sacar grandes actuaciones de niños y adultos, creando momentos entrañables entre ambos puntos de vista, la fotografía es sumamente colorida, tanto que ponen ciertos simbolismos y significados a cada color, muestra grandes paisajes de la India y el entorno de la ciudad donde logra captar la diferencia entre las clases sociales, el soundtrack es básico y quizás si alguna queja podríamos poner al filme sería exactamente en este rubro, pues podríamos esperar más de la música en una película india pero, terminamos recibiendo algo genérico e incluso corto en explorar todas las influencias musicales que tiene este país.
Las comparaciones con películas como la pandilla o cinema paraiso podrían parecer inevitables, pero desafortunadas, el compararlas solo sería restar el brillo que el filme tiene por sí mismo pues aún con todo, hay que recordar que estamos hablando de una cultura diferente donde las reglas del juego de la sociedad son ajenas a las nuestras como occidentales. El largometraje en sí, es un significativo homenaje a los cineastas que aportaron al crecimiento de la industria y su trayectoria, ya sea con menciones a películas americanas como del lugar de origen sin hacer ningún tipo de discriminacion. Por ser un cine diferente es una película que los amantes del séptimo arte no pueden perderse.