Camina o Muere | Reseña
Escrita por: Sinuhe
Stephen King es ampliamente conocido por sus exitosas novelas de terror. No por nada su trabajo ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones. Algo que pocos saben es que, durante una etapa, King bajo el seudónimo de Richard Bachman publicó siete libros.

De esta etapa del escritor, llega a cines “Camina o Muere” que adapta por primera vez la obra The Long Walk (1979). Un film del director Francis Lawrence (Los Juegos del Hambre).
En una realidad distópica, azotada por la guerra, un grupo de 50 voluntarios participan en una larga e imparable marcha donde detenerse significa la muerte. Solo uno puede salir con vida, aquel ganador tiene prometido un deseo, fama y riqueza.

Del total de voluntarios, esta historia solo pone el foco en unos cuantos jóvenes, sobre todo en aquellos que conforman un grupo de amigos durante la marcha. Teniendo como claro protagonista a Ray Garraty (Cooper Hoffman) y como sus amigos cercanos: Peter McVries (David Jonson), Arthur Baker (Tut Nyout) y Hank Olson (Ben Wang).
Entre esas charlas casuales, que tienen para distraerse de la tediosa y fatídica marcha, vamos conociendo de forma superficial la vida de cada uno de los personajes. Por otra parte, las conductas y comentarios nos revelan también mucho de la personalidad de estos. Aspecto que los vuelve interesantes.

La historia de Camina o Muere encaja perfecto con varios temas presentes y con un particular gusto que ha brotado en el público por este tipo de narrativas y shows. Ya que la larga marcha es un concepto que recuerda bastante al Juego del Calamar o a Los Juegos del Hambre. Una competición a muerte que está siendo vista como un formato de entretenimiento.
Stephen King sabe cautivarnos con historias o al menos con sus personajes; pues como ya es costumbre del escritor: un grupo de amigos lucha contra la adversidad o un enemigo a vencer. En este caso los militares han construido una especie de cortina de humo y entretenimiento sadomasoquista que desvía la mirada y genera conformidades. Este aspecto incluso recuerda un poco a La Purga donde la sociedad está atrapada en un sistema de control más sofisticado y con fuertes implicaciones éticas.

El montaje es bastante astuto al dividir la trama en “kilómetros” y en empezar yendo al grano con la “competencia” sin dar tantas vueltas en torno al contexto socio-político. Aún así, no deja tantos cabos sueltos; pues todas estas preguntas se van aclarando conforme a la marcha, literalmente hablando. Al no desgastarse en explicaciones, la cinta cuenta con un ritmo muy ágil que atrapa al espectador en los distintos kilómetros.

El desgaste físico que va ocasionando la caminata en los participantes es retratado de forma muy clara con maquillaje y actuaciones. Quizás lo que cuesta más trabajo aceptar, es la idea de que los personajes se vuelven amigos íntimos de forma tan pronta; aunque igual eso sería más fallo del material de origen que de la película en sí.
Sin duda, Camina o Muere (The Long Walk, 2025) se trata de una adaptación bastante bien realizada. En donde no todo es exacto a la novela y los giros se encuentran presentes; pero esto no daña las emociones que transmite esta historia.
