El Favor | Teatro

Escrita por: Danieska Espinosa

El favor, comedia de Susanna Garachana adaptada para el público español bajo la dirección de Joserra Zúñiga, arranca con una premisa que suena prometedora: un hombre que no puede tener hijos decide pedirle a tres de sus mejores amigos que le donen esperma. Sobre esa idea, uno esperaría una comedia ágil, llena de enredos y con un fondo que invite a pensar en la amistad, la masculinidad y los límites personales. Pero en escena, la historia se alarga más de lo necesario y se queda corta en chispa.

La obra intenta jugar con una estructura cíclica, esa repetición que en la buena comedia crea ritmo y complicidad con el público. Aquí, en cambio, el efecto se agota rápido: los chistes se repiten, pero sin acumular fuerza, y solo de vez en cuando aparece un remate que arranca una risa genuina. Lo demás avanza con un tono plano que hace que la función se sienta más larga de lo que realmente es.

Alex Fernández, conocido por su stand-up y sus podcasts, mantiene en el escenario el mismo registro que en sus otros formatos. Esto puede resultar simpático para quienes siguen su estilo, pero en el teatro deja la sensación de que podría estar grabando un episodio y sería casi lo mismo. Falta esa energía y construcción de personaje que haga que olvidemos al comediante y veamos al protagonista de la historia.

El resto del elenco cumple, pero la dirección no termina de aprovechar sus contrastes ni de imprimir un ritmo que mantenga viva la tensión cómica. Hay transiciones que se alargan, pausas que no suman, y una sensación general de que la obra está más pendiente de seguir el guion paso a paso que de encontrar frescura en cada escena.

Al final, esta adaptación española de El favor se queda en una comedia amable, correcta, pero sin riesgos. El desenlace llega sin sorpresas, reafirmando que la puesta en escena prefiere la comodidad antes que empujar al público a un final más audaz o incómodo. Y así, una idea que en el papel tenía potencial para brillar, acaba convertida en una charla demasiado larga, con algunos momentos simpáticos, pero que no logra dejar huella.

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